El desarrollo tecnológico ha mejorado la calidad de vida de todos en los últimos años, pero también puede suponer una amenaza para las personas discapacitadas, aumentando la distancia social y cultural entre los que pueden acceder (física-, intelectual- y económicamente) a dicha tecnología y los que no. Sin embargo, si este desarrollo se realiza con criterios de accesibilidad y diseño universal, las nuevas tecnologías del hogar digital pueden ofrecer enormes oportunidades para personas con discapacidades tanto físicas como intelectuales.